domingo, 28 de febrero de 2010

CAPÍTULO 1 (I)

(Un relato, un tanto especial, un tanto único, aquí va un primer fragmento)


Oscuridad.
Un leve amago por intentar entreabrir mis ojos, un intenso rayo llama a mi ventana, pero sin que nadie pueda darle permiso, se toma la osadía de colarse, llega hasta mis pupilas, las cuales se deleitan de su destello intenso e incansable, creo poder reconocer que es el amanecer, es mi amanecer.

Aquel rayo de luz que me despierta, que me da la vida para un día más, él es hoy mi despertador.

Mis pensamientos aturdidos, en un completo caos, de no saber si aquello aun es ficción o realidad, si es producto de mi subconsciente o no, si realmente estoy ahí.

La pereza se sumerge en cada milímetro de mi piel, un suave calor inunda cada uno de mis poros, siento un ligero placer e intento concebir de nuevo el sueño.
Mis ojos se cierran, mi mente descansa y mi subconsciente juega, juega a ser libre por momentos, juega a mostrarme que hay más allá de mí, juega conmigo…

El juego incluso a veces puede ser perverso y colarse en lo más profundo de ese pozo del cual no quiero extraer de él nada, juega con mis sentimientos, hace despertar los recuerdos que siempre quise lograr olvidar, me hace viajar en milésimas de segundos la vida que llevo recorrida, ese juego tiene mi vida en sus manos.

Me agobio, y mis ojos parpadean.
Vuelvo a ver el rayo más elevado incluso.






Continuará...