jueves, 25 de marzo de 2010

A dónde me llevas...

La vida. Tanto y tan poco a la vez, insípida e incolora cuando a veces llora la calma por no saber qué hacer con sus entrañas. Sus manos están atadas, amordazada de cuerpo entero, es inquieta y revolotea, la calma, no es calma. Su amiga prudencia se queda tras aquella puerta, mira por el filo, insegura, no la ayuda.

Silencio durante unos segundos.

La calma, que ya no es calma, ¿quién o qué la liberará? Yo me ofrecí voluntaria aquel día, pero ella con ojos color mar, atravesó mi mente, y dijo que debía darme media vuelta y seguir. Lo dijo, seguir.
No desistí y lo intenté varias veces, el tratar de convencerla, para que habitara en mi regazo, para que en mis noches perturbara mis deseos.

Silencio durante unos segundos.


Sin ella, me decido a seguir. No sé bien por qué, pero eso creo hacer. Intento no girarme y ver, aquellos tiempos en que los retallos de las mas malas hiervas florecían, aquellos tiempos en los que las nubes me dejaban jugar con ellas, aquellos tiempos en los que mi vida tenía un papel principal. Ahora debo seguir, no mirar atrás.

Silencio durante unos segundos.

Eso es lo que quiero, los incisos donde el señor silencio se apodera de la situación. Es cuando trato de encontrarme, es cuando trato de vivirme.
Es cuando empiezo a conocer la persona que habita en mí.







P.D. (inconsciente): De ser así, quiero silencio para la eternidad, pero me conformo con volar.

jueves, 18 de marzo de 2010

La realidad que mis manos quieren tocar (III)

Otro día más ante mí. Suena mi móvil.
-¿Diga?, contesté.
-Buenos días, responde una voz al otro lado del teléfono.
Y antes de poder preguntar quien era, cortó. Una voz cálida, que ahuyentaba cualquier temor, una voz cercana, amigable, suave como mis sabanas, tan suave que me hizo dibujar en mi rostro una sonrisa.
Me di la vuelta y quise seguir recostada.


Todo fue en cuestión de segundos cuando de repente en mi cabeza comenzó a fabricar destellos de ideas y pensamientos y comienzo a soñar despierta:

No es tan fácil agarrar aquello que es imposible tocar, aquello que huye de la hipocresía y la sin razón.
Quiero día a día construir mi pequeña escalera, para poder alcanzarlo.
Intento subir los peldaños, mis manos se agarran seguras, mis pies firmes, mi mirada alzada hacia lo más alto.
Quiero llegar, y acariciar la dulzura del verbo saciar, quiero romper los anhelos y bailar junto a la esperanza, soñar bajo la luz de la perversión.
Abrazar los susurros que desprenden tus labios, oír como tus besos llaman a mis caricias...Nademos en este mar de sensaciones.
Quiero refugiarme en tu madurez y a la vez quiero envolverte de juventud. Mi locura no tiene límites en tus tierras.


Está atardeciendo.


La noche se adentra, me tumbo en mi sofá pero de repente suena el timbre.
Es él.
Nuestros ojos hablaban por si solos, no pude mediar palabra.
Mi piel estaba tensa, yo quieta e inmóvil.
Unos segundos más tarde, sonreí, obtuve como respuesta una dulce sonrisa suya, alzó sus brazos hacia mí, me recorrió la cintura, me llevo hacia él, sentí el calor de su cuerpo, oía los latidos de su corazón, mis ojos cerrados, mi olfato desenfrenado, un completo caos.
Pero aun siendo un caos, sentía su deseo, abro los ojos, era tan real, que sentí su roce en mi, era tan real...

Eso es lo que necesito, darme un baño de realidad y despertar de un sueño compartiendo las mismas sábanas, dejando atrás una noche en la cual me corono reina de su colchón.





Continuará...



Meissa

lunes, 15 de marzo de 2010

El concepto de persona se nubla en mí.


Un paréntesis que necesito.

Es cuando mi vista se nubla cuando te pierdes entre las sombras.
Es cuando mis piernas andan de forma automática, cuando mi cerebro descansa.
Es cuando duermo el único momento en el que me visitas.
Es cuando acaricio mis huellas del ayer, cuando más te extraño.
Es cuando leo palabras sobre papel que llevan la marca de la vida cuando mis manos tiemblan, por tener ahora la ausencia de esta.
Es cuando me giro en mi cama, cuando ella duplica sus dimensiones haciendo que sea un mar donde naufragio.


Intento, y no desisto beberme el día a día a sorbos, cada mañana mi cabeza piensa cual será la botella que hoy descorcharé, muchas veces mis ojos están vendados y es la suerte quien decide, otras yo provoco la decisión, pero este vino, el de hoy, ha sido hecho con una uva mal vendimiada, mal estrujada, quien sabe si en su debido momento no le retiraron el raspón y por eso ahora mi lengua siente ese sabor amargo y herbáceo, ese sabor que huye de mi boca. Quién sabe si quizás la temperatura se elevó de tal manera que su fermentación no fue óptima en la medida de lo posible y las levaduras pararon el proceso, ¿quién sabe por qué hoy decidí descorchar esta botella? ¿Dónde está el enólogo? Intentan dármelo con queso, mal fallo por su parte, se de vinos, se de catas, lo justo para poder negarme a dar hoy un sorbo más.



sábado, 13 de marzo de 2010

Perturbas hasta el flujo de mi sangre (II)

(Ella aún entre las sabanas, dejo el siguiente fragmento. Mis palabras son tus manos.)
...Mi alma sedienta de vida se dispone a estabilizarse, mis pies acarician ese frió suelo, un frescor inconfundible para mí.
Mi mano resbala por mi rostro, mis ojos aun no son conscientes de su función, mi cuerpo vagabundo, dejado llevar sin ganas y sin ánimos de seguir dando un paso más.

La persiana se esta elevando y mi habitación se ilumina de vida. Los rayos de la estrella más próxima a la Tierra se atreven a palpar mi tibia piel, los saludo y les muestro una leve sonrisa. Hay un espeso tráfico, personas por las aceras dispuestas a realizar sus quehaceres.

Mi mente sigue perdida.
Te encuentra.
Mis ojos se cierran e intentan encontrar caricias que nunca existieron y poder sentirlas, buscan la manera de tenerte presente aun sin estarlo.

Anhelo, extraño, quizás, necesito tu aroma, la fragancia perfecta que me incita a volar, que me incita a viajar contigo.

Quisiera ser un pájaro para extender mis alas, volar a donde estés y posarme en ti, poder ver el mundo desde otra perspectiva, yo, un pájaro feliz de haber aprendido a volar, y tu, ese árbol que da vida al mundo y con una sola de tus ramas dejas que haga mi nido en ti, y así, poder tener mi propio mundo. Sé mi árbol y yo seré un pajarillo te daré toda mi dulzura y ternura, solo tienes que dejarme.

Los días pasan como estrellas mueren cada noche en este cielo que hoy contemplo.
Ojala pudiera verte reflejado en esta luna, llena de vida, llena de luz que sacia mi visión.
Un viento del norte, fresco, invade mi piel, me acaricia.
Eres tú.
Siento como mi cuerpo responde ante ese estímulo, siento como la inercia hacia ti cada vez es más notable, siento como mis cinco sentidos te llaman en esta fría noche, como mi olfato huele tu fragancia, mi boca saborea el sabor de una noche pasada, mis oídos oyen tus susurros que enloquecen a mi tacto incontrolable en una noche que mis ojos desean no tener fin.

Reposo en mi cama, te pienso.





Continuará...
Meissa