viernes, 20 de agosto de 2010

Marejada revuelta



La marea trae consigo la tormenta,
mis ojos avistan el peligro alentador,
viajo hasta unos brazos inexistentes,
miradas cruzadas que se difuminan,
senderos que no terminan.

El mañana se esconde tras las sábanas
el ayer anduvo hacia un atardecer
y el hoy me mira fijamente a los ojos.
-¿a qué esperas?, me dice.
-Espero a que termine el día.

La noche es mi pequeña aliada,
me resguarda de los rayos
que atraviesan mi alma,
me resguarda del dolor de la mañana.

Vientos de levante, brisa marina...

lunes, 16 de agosto de 2010

EN BLANCO


¿Tu lo entiendes?
Porque yo no...


Mi interior se desborda... se rompe

Días bajo llave



Mi alma presencia un funeral, mis labios sedientos caminan por senderos desiertos, mis ojos son testigos del dolor, mi piel es la presa perfecta, mis dedos recaudan todo el peso del tiempo, mis pies incansables...afortunadamente siguen caminando.

Juego a ser persona, juego a sonreír frente a un espejo, juego a dibujar sobre papel ya reciclado, trazos llenos de agonía. No soy consciente de que ocurre, de por qué las gaviotas no vuelven a mí, de por qué no me hacen viajar.

Sinceramente, echo de menos Saturno, plenitud en todo su esplendor, tengo fe en que volveré a ir allí, mi Saturno. No ves nada y a la vez lo tienes todo frente a ti, tu piel se vuelve terciopelo, sensible, protegida por la brisa del más lejano destino, ventanas sin marcos, un mar sin acantilados, sonrisas sin pinzas, besos llenos de lujuria, relojes sin agujas, música sin voz, pues la única voz que escucharás es la de tu interior.

Mi Saturno.

miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Qué tal?


Un simple ¿qué tal? puede ser capaz de hacer temblar los cimientos de tus pies, puede recorrerte y tambalearte sobre el filo de un hilo, puede impulsarte a un vacío lleno de hastío.
Piensas y tu mismo crees ser capaz de elaborar con una sonrisa forzada una respuesta que complazca a quien se interesa por ti.
Miles de imágenes recorren tu memoria, imágenes que por si solas se evaporan al elevar la temperatura que habita en tu cuerpo, al dejar llevarte por la inercia del momento, al dejar que tu cuerpo viaje, viaje a su cobijo, y al ver que tan solo es la realidad que tu deseas, la realidad que ven tus ojos cerrados, la realidad que se difumina cuando los rayos del Sol entran cada mañana por mi ventana.

viernes, 6 de agosto de 2010

Manos atadas, ojos que sufren.


La impotencia se sube al techo.

Sentir un mundo dentro de tí


Siempre se ha dicho que cada persona es un mundo, y yo, así lo creo. Hoy me quiero detener en cómo se pueden expresar ciertos sentimientos.

Nos podemos encontrar miles de situaciones e infinitas formas de expresar lo que sentimos, pero, qué es sentir, qué es un sentimiento, no es necesario en estos casos tener un buen diccionario a mano, quien por poco haya vivido sabría plasmarlo.
Sentir es percibir en ti todo tipo de emociones y afectos, sentir es despertarte de una pesadilla, es ver un amanecer, sentir es coger el timón del barco. Y siguiendo por esta línea los sentimientos es el viento que crea olas tanto a favor como a contracorriente.

Llegados a este punto cada persona tiene su manera de coger ese timón del barco, tiene su forma de enfrentarse al mar, de enfrentarse a lo desconocido, porque tus ojos no te dejan ver mucho más allá, ahí es cuando empezamos la aventura, la aventura de sentir.

Las palabras, colocadas en perfecta armonía, tal como Mozart en sus sinfonías, pueden decirnos mucho o nada, también influye quién es el emisor, pero a eso no quiero ir, si no al poder de un suspiro, al poder de un te quiero dejado caer, a un te amo sin más dilatación, a un te extraño con ojos empapados, son palabras que llegan y hacen que tengamos que echar el ancla para coger los prismáticos y ver si el viento sopla a nuestro favor.


Una sonrisa cálida y sencilla (mi preferida) he de confesar que me encantan las sonrisas, aparte de ejercitar muchos músculos parece como si todo tu cuerpo fuera una enorme sonrisa, porque de verdad lo sientes.
Caricias robadas, besos furtivos, abrazos efusivos, miradas cómplices de un amor escondido, latidos de un corazón fundidos en la pasión, desenfreno, cierra los ojos, siente el viento, siente la marea como tambalea tu barco, no lo pienses más, y échate a la mar.





Meissa y sus quebraderos de cabeza.