No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.

"No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías si pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriban, nos lastiman, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: tu puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre..."

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Y bien, si la noche viene, yo la dejo pasar, un saludo, sí.

Un Hola, qué tal, ¿estaria bien, o demasiado incoherente?

La noche es pasional, eso si, siempre que ella quiere. Ella es dueña de lujurias, predominan sobre todo, quien lo negara, terminaria crucificado por necio.

La noche tiene su encanto, una noche de inverno hace que el calor humano sea un gran motor que se ponga en funcionamiento, y asi es, sí. Es capaz en esos momentos de guiñarte el ojo, y ser una pequeña aliada, como diria Fernando de Rojas, la noche seria una Celestina, y... ¿por qué no?

En verano, deja que la gente la acompañe en cada minuto de su explendor, si, tiene compañia para dar y tomar, pero eso si, compañia de todo tipo.

La noche no es sumisa, no es una presa fácil, es el cazador, con botas y arma en mano que se prepara para cualquier movimiento extraño, sí, está al acecho.

¿Qué hacer?

¿Qué hacer cuando tu musa, deja de acariciar tu piel?

¿Qué hacer si el aliento que te daba de comer, se fundió con este calor, que derrite mis palabras?

Siempre me quedará...Siempre Hoy.

Tengo en mi cabeza todo...solo falta plasmarlo, pero también fastas tu.

Lluvia que al alba canta sin suspirar,
sol de ésta mañana que ciega mi ser
es la armonía que sacia mi entender,
pues sentada veré las nubes pasar.

Mirada clavada como un alfiler,
ruego al cielo que navega sin cesar
que seas tu mi lluvia que pueda mirar
por éstas retinas del atardecer.

Envolverte de locura y pasión,
la noche se adentra y no tengo calor
es toda mi lujuria, mi perdición.

Llévame a ese lugar sin consolación
donde no albergan lagrimas de rencor
y pueda refugiar a mi corazón.

Bosque Lejano

Busco entre las nubes

Olores que anhelan

Sorbos de susurros

Que aullentan a los lobos

Untando con tu aroma

El cuerpo de mi perdición.

Lejos queda aquel lugar

Espero, pero...

Jamás nadie regresó

Amé por amar,

No me esperes sentado

O quizás; mejor acostado.

Naufragio

Dicen que debemos estar a gusto con la vida que llevamos, que no debemos conformarnos,

pero, ¿y si tus impulsos son manos con un poema que revive el canto de cada mañana, pero que tan solo su aroma llega a ti?

Le daré a la vida una canción que hable de ti, le daré el respiro que necesita para hacerme caminar, le daré a la vida un solo de guitarra que te levante de donde estás, le daré a la vida un beso atrevido, apuesto por la verdad no por la hipocresía.

Le daré a la vida un paño húmedo para aliviar el calor, le daré el rastro de mis huellas para que no pierda el rumbo, cantaré en si bemol en la orilla de este mar en el cual quedé sin navío y sin capitán.