jueves, 29 de abril de 2010

Mi relatividad


Calor. Frío. Soledad.
¿Qué somos? No tenemos una imagen de nosotros mismos, tan solo el reflejo de nuestra imagen en un espejo, que nos devuelve a nuestros ojos esa proyección, sabemos que actuamos de diferentes maneras con respecto a diferentes estímulos. Habitamos en un entorno, al cual nos adaptamos, estamos sometidos a una presión, que nos hace amoldarnos a las condiciones de este nuestro hábitat. Pero eso solo es la unidad, y en nuestro planeta encontramos tantas unidades como personas, tantas unidades como corazones que laten. Mi corazón está cansado.
¿Y el tuyo como está? Pues bien, si seguimos, encontramos al corazón padre, el núcleo de nuestro planeta tierra, algo inmenso, dejémoslo ahí. Pero él para nosotros es un conjunto y a la vez él es una unidad, ¿entendéis? Ahora es cuando debéis sentiros como una lenteja en las profundidades más oscuras del Océano Pacífico, pero esto va más allá, dicen que tenemos nuestra propia galaxia, ella también es una unidad, os acordáis ahora de nuestro hábitat, aquel al cual nos debemos adaptar, urbanizaciones, sociedad que se mueve de un lado a otro. Pues bien, íbamos por las galaxias, y al fin tenemos algo mas inmenso aún, el deseado universo, o como a mí me gusta llamarlo, el infinito más uno.
Es algo que no cabe en nuestra percepción, algo tan incomprensible para mí como la contracción del tiempo en velocidades próximas a la luz, por qué no investigamos como poder conseguirlo, envejeceríamos menos, pero ¿realmente queremos vivir más? Os recuerdo que mi corazón está cansado.
Pero esto no acaba aquí, hay algo aun mejor, el universo también es una unidad, sí, existe una teoría acerca de los universos paralelos, y se estima que hay unos siete aproximadamente.

Ahora piensen ¿dónde está colocado todo eso?

domingo, 25 de abril de 2010

Crítica de mi metafísica como ciencia.


Detesto la gente que piensa por mí porque para eso ya estoy yo misma.
Quiero vivir libre de todo pecado. El pecado es aquello que va en contra de mis principios y no los principios de un ser supuestamente supremo que dicta...¿qué? Yo soy la única dueña de mí, y jugaré al parchis moviendo ficha...

¿Por qué es necesario Dios? ¿Para mover los entes con un sentido? Él sabe cual es mi camino, no quiero títeres, no quiero cuerdas que manejen mis actos, quiero oxígeno puro que entre en mí sin obstaculo alguno.
Somos únicos y por ello, pienso y defiendo que no debemos salir todos del mismo molde, puede que tengamos en común la misma composición, pero hasta ni eso. ¿Para que seguir las pautas de un ser supremo, acaso llegaremos a ser como él? No quiero la perfección, no quiero TU perfección, quiero lo bello pintado en mi cielo.

Nuestros ojos ven todo aquello que quieren, vemos la ciencia como la respuesta a evidencias, vemos a Dios como la existencia que nos protege, pues si tengo un fin, llévame a donde las gaviotas sienten la libertad en cada una de sus plumas, llévame a Saturno donde el cielo tan solo es una sábana azul y no se discuta el sexo de los ángeles, antes de que sea tarde, llévame.
Todo lo que ven mis ojos es una totalidad, es mi totalidad.





Meissa.

lunes, 19 de abril de 2010

Hacia dónde tenemos que ir



Quién tiene los planos de esta vida, quién tiene las coordenadas exactas de la trayectoría perfecta. Hoy llueve, y no tengo mi punto de referencia, hoy llueve, y estás lejos. Si mi esperanza hablara, haría marchar a todo tipo de miedos, pero doy pasos que relentizan mi avance a ti, doy pasos sin saber a donde exactamente, doy pasos que no saben que buscan, doy pasos llenos de deseos, doy pasos enérgicos y a la vez desgastados por este bosque que atravieso. No hay claridad y me agobio. No saldrá el Sol, hoy no. Te busco, me buscas, mis ojos tienen una venda porque no asumen seguir avanzando si tu no estás ahi.
No podemos saber que dirección es la correcta, por eso tenemos que hacer lo que peor se le da al ser humano, decidir, descartar alternativas, y elegir una de tantas. Una.
Solo una. Si fallas, si esa es la equivocada, puedes estancarte y no saber dar la vuelta, puedes optar por retroceder, puedes optar por perder. Pero si tus fuerzas aun se materializan en el brillo de tus ojos, sigue, y busca otra alternativa. Caminemos.



Si estás ahí dímelo, ven, saldremos de este bosque.

domingo, 18 de abril de 2010

Palabras rápidas.


No podemos vivir sin buscar, no podemos vivir sin movimiento en nuestros pies y en nuestro pensamiento, no podemos vivir al borde, nos tiramos y arriesgamos, jugamos y perdemos, jugamos y ganamos victorias otras tantas derrotas. Si soñamos es porque es una de las pocas cosas que nos hace libres a cada uno, libres de mover ficha, libres de encontrar lo que nos pide él, nuestro cuerpo, el verbo clave es SACIAR, solo queremos eso, encontrar el equilibrio, flotar, y satisfacer los más profundos deseos que puede recorrer nuestro cuerpo, pero claro cuando nos damos cuenta, extendemos la mano, y no alcanzamos a coger.....nada.....

sábado, 10 de abril de 2010

Dos meses, dos espinas.



Ahora, cada día me dispongo a dibujar los trazos de mi futuro, este lápiz con el que escribo está desgastado de tanto sacarle punta, se resbala en ocasiones de mi mano, se escapa. Mis trazos por suerte son seguros, líneas rectas, líneas contorneadas, decididas a ser pronto un boceto para que él sea mi punto de partida.

Mis manos reflejan las horas que mi dibujo requiere, mi cabeza maquina ideas, mi cuerpo se agota, mi lapiz se vuelve a escapar. Pero aun así retomo la tarea.


No pensaré en terminar, pensaré en caminar con él.


Pienso, y no puedo evitarlo. Lo veo todo tan cerca y a la vez tan lejano, extiendo mi mano, allí está esperando a que llegue sin descanso, allí está esperando a que llegue el verano.

Creo que nunca antes lo he deseado tanto.






Mi querido invierno, no tengas celos, te sigo queriendo.



jueves, 1 de abril de 2010

Al final todo llega (IV)

Capítulo 1 (I)
Perturbas hasta el flujo de mi sangre (II)
La realidad que mis manos quieren tocar (III)

Al final todo llega (IV):

La vida lleva un ritmo a su antojo, las agujas del reloj siguen corriendo aunque a ti se te hayan acabado las pilas en aquel cajón olvidado. Pero aun así, cada uno de nosotros debemos hacer el esfuerzo por adaptarnos a ese ritmo, y hacer de lo cotidiano algo no rutinario.

Me había quedado dormida, y ahora tan solo queda en mi alguna visión difusa de lo que había sido mi sueño, lo sé, era él. Ante todo humano, y por entero un hombre, capaz de clasificar a aquellos que conoce, adentrarse en su mente, y fabricar melódicamente conversaciones que difícil es poder escaparte de ellas, siempre hoy es el mayor producto obtenido de ellas, pero aun más difícil es poder escapar de su brazos, ahora yo tan solo espero que llegue el momento para que él se tome la libertad de coronarme.

Saturno, mi Saturno, como el desván para una casa, como un nido para un árbol, como un juguete para una niña, como tu mirada en mi mente. Intensa y fugaz, así es.
Es cuando me ausento, cuando te encuentro, es cuando mis oídos saborean tu nombre, que mi temperatura corporal llega a umbrales infinitos, es cuando mis manos acarician las sonrisas que dejaste clavadas en la memoria, es cuando mi cuerpo grita desesperadamente al viento que me guie hacia Saturno, es cuando dejas palabras impresas y las cuerdas de mi guitarra les da armonía, es cuando mis piernas tiemblan al sentir que estas cerca, es cuando creas senderos de agua por mi ombligo, es cuando bebo los susurros que dejas caer en mí, es cuando siento que todo es nada y nada es todo, es cuando veo que mis labios se funden porque la temperatura así lo requiere, cuando el viento me guía y encuentro en Saturno tus sonrisas, tus susurros.

Te encuentro.

Quiero empacharme de ti, que seas el agua que emana de mí, que seas cada lágrima que mis ojos desprenden cada vez que el frío provoca tu ausencia, quiero que seas el horizonte de cada uno de mis amaneceres, que seas las sabanas que arropan mi cuerpo, que seas la sonrisa de todos mis acordes, que seas los labios que ahuyenten a la sequía, quiero que seas mi veleta cada mañana.

Pienso. Rectifico, Te Pienso.





Los días llegan, y así es como me doy cuenta de que cuando algo quieres, lo consigues, todo está en ti, y en confiar en la otra persona, todo está en quererte como yo lo hago.
A veces, vemos que ciertas cosas son imposibles, que nunca llegarás a alcanzarlas, pero primero hay que proponérselo, y tener fuerzas para no desistir, tener fuerzas para querer conseguir lo que te despierta cada mañana.

Y así es, nunca perdí la mas mínima esperanza, a pesar de ver como corrían frente a mí las agujas del reloj, al ver como pasaban los días, y la distancia seguía en pie, al ver que tu boca estaba lejos de la mía, al ver que mi piel te llamaba pero no te tenía, al ver… que te deseaba.

El tiempo se dilataba en mi mente, mi noción perdía la brújula que dejaste aquel día, pero el Sol siempre vuelve a salir, y siempre te ayuda a seguir. Rayos que sobre mi incidís, evaporar todo mi aroma porque él está dispuesto a darlo todo.

Es muy fácil decir a alguien esperar, es muy fácil prometer, pero no es tan fácil, saber que esa persona sigue ahí junto a ti en la distancia, no dejé de confiar, eso me ayudó.

Llegó el primer día.
Así es, tarde o temprano, cada uno esta donde le corresponde, yo en un abrir y cerrar de ojos, me encontraba a escasos metros de aquel hombre, ese hombre que me hacia presa cada noche, ese hombre que aturde a mi ser, ese hombre que siente mi deseo, que huele mi pasión, ese hombre que lucha contra la desesperanza, ese hombre que nunca se rindió, que nunca soltó mi mano.

Mis piernas temblaban, sabían que iban a tenerle cerca, mi barriga no podía digerir comida, mi boca estaba seca, mis nervios tenían miedo de mí. Las agujas pronto marcarían la hora, esa hora que tanto ansié.
Miles de imágenes difusas pasaban frente a mí de cómo sería exactamente ese momento en que me plantara frente a su cuerpo. Sentía una pizca de miedo, mi pasado siempre está presente, pero aún así, confiaba en él.
El momento se hizo de rogar, pero allí estaba, venía con paso decidido y firme, rostro tímido escondido tras unas gafas de sol oscuras, no podíamos evitar una sonrisa, no se podía evitar.
Mi mano se posó en su costado, y un par de besos en las mejillas tímidos y escondidos fueron el saludo, era él.







Continuará...




Meissa