jueves, 3 de junio de 2010

Yo...Meissa.



No hay nada mejor que ese olor inconfundible a tierra mojada, me dispongo frente al ordenador, mi ventana abierta y dejo paso a una brisa húmeda que recorra mi inocente piel y mi cabello se deja llevar. Mis oídos se deleitan con Luis Eduardo Aute, mis ojos son prisioneros de relámpagos perdidos, así que, creo que ya es hora de comenzar.

Muchos se preguntarán, quién será esa mujer que se hace llamar Meissa, qué oculta que ni su edad ni el lugar que habita da a conocer. Que misterio hay tras sus palabras.


Pienso y defiendo que la edad no debe condicionar para nada, es tan solo una cifra, un número que nos muestra el tiempo que llevamos en vida, el tiempo que llevamos respirando sobre este mundo. Yo, Meissa, lleve mucho o poco tiempo sobre estas entrañas a las que mi madre me invitó, intento aprender día a día a vivir.
Sé (ya sea por experiencia o no, pero lo sé)que hay miradas rompedoras, miradas llenas de maldad, cuando un hombre dobla la edad a una mujer y ambos entrelazan sus vidas, la sociedad nos condiciona, y hace a mucha gente que se esconda y no de a relucir aquello que en su interior rebosa. Esto es algo que detesto, y el tan famoso, "Qué dirán" podríamos hablar toda una noche sobre este tema, pero aquí queda.

Ya es algo más que sabemos de esta mujer, algo que nos muestra de su personalidad.


Aquí reflejo lo que tejen mis pensamientos, soy una mujer herida, que pone barreras si duda, que temo si me miran. Construí una vida, tan ingenua, tan libre, tan inocente sin saber que todo era un espejismo, que todo era efímero, construí una vida que no tenía nada, porque nada existía. Me derribaron y fui herida de guerra, me escondí en las trincheras, allí ni los versos supieron darme calor, el Sol seguía saliendo cada mañana, pero mis ganas de aprender a vivir se agotaban, no era yo.
No sé cómo, pero apareció un alma, serena, que echo leña al fuego que aparentaba estar apagado, sorprendentemente lo avivó, le dio la chispa que necesitaba para emprender la resistencia, para emprender el viaje que nunca terminó, para emprender un deseo por transmitir con mis dedos, para emprender un deseo de gritarle al mundo que nadie podrá con esta mujer, que nadie me parará los pies. Producto de ello, es Siempre Hoy.

Una mujer que aparentemente parece fuerte, pero es sensible por dentro, fría y frágil a la vez.


La monotonía me agobia, no quiero estancarme, pero llevo 9 meses así, una misma rutina, un no saber exprimirle nada a los días, un quiero salir de aquí. Necesito nuevos aires, nuevas caras, otros coches, otros árboles, otros colores.
Cada vez que descubro nuevas cosas, detesto mas esta vida, me cuesta saber comprenderla. Me gustaría parar todo, para crear un hermoso silencio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Patricia 333 dijo...

Una mujer que aparentemente parece fuerte, pero es sensible por dentro, fría y frágil a la vez.

Te comprendo Tanto Tanto

Un abrazo