sábado, 13 de marzo de 2010

Perturbas hasta el flujo de mi sangre (II)

(Ella aún entre las sabanas, dejo el siguiente fragmento. Mis palabras son tus manos.)
...Mi alma sedienta de vida se dispone a estabilizarse, mis pies acarician ese frió suelo, un frescor inconfundible para mí.
Mi mano resbala por mi rostro, mis ojos aun no son conscientes de su función, mi cuerpo vagabundo, dejado llevar sin ganas y sin ánimos de seguir dando un paso más.

La persiana se esta elevando y mi habitación se ilumina de vida. Los rayos de la estrella más próxima a la Tierra se atreven a palpar mi tibia piel, los saludo y les muestro una leve sonrisa. Hay un espeso tráfico, personas por las aceras dispuestas a realizar sus quehaceres.

Mi mente sigue perdida.
Te encuentra.
Mis ojos se cierran e intentan encontrar caricias que nunca existieron y poder sentirlas, buscan la manera de tenerte presente aun sin estarlo.

Anhelo, extraño, quizás, necesito tu aroma, la fragancia perfecta que me incita a volar, que me incita a viajar contigo.

Quisiera ser un pájaro para extender mis alas, volar a donde estés y posarme en ti, poder ver el mundo desde otra perspectiva, yo, un pájaro feliz de haber aprendido a volar, y tu, ese árbol que da vida al mundo y con una sola de tus ramas dejas que haga mi nido en ti, y así, poder tener mi propio mundo. Sé mi árbol y yo seré un pajarillo te daré toda mi dulzura y ternura, solo tienes que dejarme.

Los días pasan como estrellas mueren cada noche en este cielo que hoy contemplo.
Ojala pudiera verte reflejado en esta luna, llena de vida, llena de luz que sacia mi visión.
Un viento del norte, fresco, invade mi piel, me acaricia.
Eres tú.
Siento como mi cuerpo responde ante ese estímulo, siento como la inercia hacia ti cada vez es más notable, siento como mis cinco sentidos te llaman en esta fría noche, como mi olfato huele tu fragancia, mi boca saborea el sabor de una noche pasada, mis oídos oyen tus susurros que enloquecen a mi tacto incontrolable en una noche que mis ojos desean no tener fin.

Reposo en mi cama, te pienso.





Continuará...
Meissa

2 comentarios:

A.sd dijo...

me lees y con tus pupilas llenas las palabras que este incosciente escribe.
Me lees y a la vez te leo.
Me lees y en silencio, como encerradas, las imágenes vuelven.
Me lees y sin embargo sin conocerte, me pareces cercana.
Me lees, te leo y pienso, ¿quién será?

Dedica tiempo al mismo tiempo y esté te dará tiempo sin reservas para pensar en lo que hay y habia.

A.sd dijo...

^___^