jueves, 25 de marzo de 2010

A dónde me llevas...

La vida. Tanto y tan poco a la vez, insípida e incolora cuando a veces llora la calma por no saber qué hacer con sus entrañas. Sus manos están atadas, amordazada de cuerpo entero, es inquieta y revolotea, la calma, no es calma. Su amiga prudencia se queda tras aquella puerta, mira por el filo, insegura, no la ayuda.

Silencio durante unos segundos.

La calma, que ya no es calma, ¿quién o qué la liberará? Yo me ofrecí voluntaria aquel día, pero ella con ojos color mar, atravesó mi mente, y dijo que debía darme media vuelta y seguir. Lo dijo, seguir.
No desistí y lo intenté varias veces, el tratar de convencerla, para que habitara en mi regazo, para que en mis noches perturbara mis deseos.

Silencio durante unos segundos.


Sin ella, me decido a seguir. No sé bien por qué, pero eso creo hacer. Intento no girarme y ver, aquellos tiempos en que los retallos de las mas malas hiervas florecían, aquellos tiempos en los que las nubes me dejaban jugar con ellas, aquellos tiempos en los que mi vida tenía un papel principal. Ahora debo seguir, no mirar atrás.

Silencio durante unos segundos.

Eso es lo que quiero, los incisos donde el señor silencio se apodera de la situación. Es cuando trato de encontrarme, es cuando trato de vivirme.
Es cuando empiezo a conocer la persona que habita en mí.







P.D. (inconsciente): De ser así, quiero silencio para la eternidad, pero me conformo con volar.

2 comentarios:

A.sd dijo...

Hasta el silencio mas profundo y eterno se deja llevar por la melodia del susurro, del murmullo y acaba gritando, si hasta el silencio tiene esos caprichos.
De vez en cuando, solo de vez en cuando viene a verme y estar conmigo, solamente para que no aparezca su lejana amada la soledad, esa que tantas veces le cerro los labios y por su culpa acabó siendo lo que es.
A veces, solo a veces el silencio me mira fijamente y dibuja una sonrisa por que sabe que no hace falta decir nada para estar bien.
El silencio y yo esta noche vamos a ver a la luna, junto con la brisa y las sombras, vamos a ir a decirla que su amor el sol esta triste y hace mucho que no quiere salir, vamos a llevarle un manto de estrellas para que pueda sonreir, vamos a ir sin prisas, no hace falta ella siempre esta allí.
¿te vienes?

A.sd dijo...

Existen tantas cosas que no podemos explicar pero que estan, que nos fascinan a la vez que nos intrigan, algo familiar, una pausa, una palabra, un olor, unos versos o unas frases y todo cambia.
Si, el conocimiento de las cosas es poder, el saber es poder, pero tambien es el verdugo que asesta un golpe mortal a la imaginación, a la curiosidad no concluida, a lo mágico de una porción maravillosa, a lo ignorado.
Si extrañamente hay algo que merece la pena no descubrir es ¿comó pueden producir tanta familiaridad las palabras y la manera de usarlas?
Los dedos de un inscosciente que escriben cuando sencillamente el alma grita, sacando lo que necesita sacar.
La cabeza, a veces anda con pies de plomo y otras veces no ve la realidad si no que se pierde en la suya propia.

PD:Me inspiras.