lunes, 5 de julio de 2010

Césped húmedo.


Algodones que rozan mi piel,
seda que cubre mi mente,
destellos llenos de recuerdos,
son ellos quienes me hablan de ti.

Palabras robadas entre suspiros escondidos,
incertidumbre que crea el suspense
en los ojos del capitán que navega
con rumbo a lo desconocido.

Minutos que no tienen valor,
segundos que son la gloria
para este corazón que intenta
sobrevivir de la mejor forma.

No hay perfección en mi mundo,
pero tu presencia y tu calor
serían mi antídoto perfecto
para subsanar las huellas que aquí dejaste en mí

1 comentario:

Anónimo dijo...
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